Rodolfo Montiel Flores

Rodolfo Montiel Flores is a campesino, a subsistence farmer, from the Guerrero village El Mameyal, Mexico.

He was awarded the Goldman Environmental Prize in 2000[1] for organizing campesinos to protest against rampant logging in their district.

Rodolfo Montiel Flores es un campesino, agricultor de subsistencia nacido en una pequeña ranchería del municipio de Petatlán, nombrada la Soledad de la Palma, en el estado de Guerrero. Nació el 10 de mayo del año de 1955 a las cuatro de la tarde. Su padre se llamaba Juan Montiel Ramos y su madre Trinidad Flores Alfaro. Luego se fueron a vivir a el pueblo de Guerrero El Mameyal, México. En su pequeña localidad de la parte este de Guerrero, cercana al límite con el estado de Oaxaca, que fue fundada por un grupo nahua alrededor de 1474. Desde la época prehispánica sus habitantes producen vasijas de barro cocido. Hacen molcajetes con diferentes rayados en el fondo, cántaros de tres orejas y cantimploras, para llevar agua, apaztli (lebrillos de varias formas y tamaños), Tlalchiquihuites (coladores que se utilizan principalmente para deshollejar y lavar el nixtamal) y jarras de dos bocas con asa, entre otros, la gran mayoría de su producción se vende en los mercados locales, lo cual en su niñez trabajó con este tipo de actividades para ayudar en la economía familiar.

Fue galardonado con el Goldman Environmental Prize en 2000  por organizar a los campesinos para protestar contra la tala desenfrenada de los arboles y bosques en su distrito, de lo cual el estubo en contra, ya que para el y muchos campesinos y trabajadores de ese distrito era su fuente de trabajo, debido a la agricultura y entre otras actividades. Con su actividad educativa y de difusión lograron detener las actividades de una empresa de capital estadounidense que actuaba con la complicidad de caciques y autoridades estatales de Guerrero. Ambos ecologistas, fueron galardonados por su activismo a favor del medio ambiente. Su labor es sin duda indispensable ante los efectos graves de la explotación capitalista, empeñada en acumular y lucrar cargando los costos a la naturaleza.

Su activismo, en las circunstancias concretas, está vinculado a la defensa de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. En su informe sobre la situación de defensoras y defensores de derechos humanos en México, la representación de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos señala dificultades específicas que enfrentan quienes participan en la defensa de este tipo de derechos: un contexto marcado por la desigualdad social y económica, caracterizado por las acentuadas asimetrías de los niveles de vida entre las regiones, la privatización de servicios necesarios para garantizar la universalidad de los derechos (claro ejemplo de cómo esta privatización afecta los derechos e impide el acceso a la justicia ha sido la subrogación de guarderías), una dinámica económica que favorece la concentración de la riqueza, la fijación de precios de las materias primas por el mercado internacional, la flexibilización laboral, el debilitamiento del régimen de propiedad colectiva y el enfrentamiento de poderosos intereses económicos –complejos turísticos, intereses inmobiliarios, proyectos de infraestructura (autopistas, presas), compañías transnacionales, minas, etc.– con los derechos de personas que son excluidas y discriminadas. Entre estos colectivos están los campesinos e indígenas, quienes frecuentemente, debido a su propio estilo de vida, habitan las regiones con mayores bienes naturales y, obviamente, las más codiciadas para la explotación.

Rodolfo Montiel, Ubalda Cortés, sus hijos, Teodoro Cabrera y otros campesinos del estado de Guerrero se organizaron para detener la tala depredadora de bosques en la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán. En febrero de 1998 fundaron la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán (OCESP). El saqueador del monte era la empresa estadunidense Brise Cascade.

Un año después, el 2 de mayo de 1999, les cayeron 43 elementos del Ejército, que entraron disparando al pueblo de Pizotla y se llevaron sin orden judicial ninguna a Teodoro Cabrera, vecino del pueblo, y a Rodolfo Montiel, que estaba allí de visita, ambos de la OCESP. Los señores Cabrera y Montiel fueron detenidos y mantenidos en dicha condición a orillas del Río Pizotla hasta el 4 de mayo de 1999. Ese día fueron trasladaron hasta las instalaciones del 40º Batallón de Infantería, ubicado en la ciudad de Altamirano, estado de Guerrero. Los señores Cabrera y Montiel fueron golpeados y maltratados durante su privación de la libertad. Posteriormente, ciertos miembros del Ejército presentaron una denuncia penal en contra de los señores Cabrera y Montiel por la presunta comisión de los delitos de portación de armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Militares y siembra de amapola y marihuana, iniciándose la respectiva investigación penal.

A ellos los patearon, los arrastraron, los torturaron para obligarlos a confesar mentiras: que tenían armas del Ejército, que cosechaban marihuana, que pertenecían al Ejército Popular Revolucionario; es decir, todas las fantasías de los gobiernos sobre los campesinos que se les resisten, mientras los narcos y los talamontes andan sueltos y saben bien cómo y con quien compartir negocios y ganancias. Al pueblo de Pizotla lo tuvieron cercado por tres días, del 2 al 4 de mayo de ese mismo año. El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez asumió la defensa de Montiel y Cabrera. Ambos fueron condenados en primera instancia por el juez de distrito Maclovio Murillo, a seis años y ocho meses de cárcel el primero, a 10 años el segundo. La primera abogada que estos presos tuvieron fue Digna Ochoa, cuya suerte posterior, como suele suceder con los defensores de derechos humanos, fue inclusive más cruel que la de sus defendidos. Una campaña internacional se desató en defensa de los dos campesinos ecologistas, como se les llamó: Amnistía Internacional, Sierra Club, Conferencia de Pueblos Indígenas en Panamá en junio de 2000, Greenpeace, muchos personajes, más los premios internacionales concedidos a Montiel y Cabrera por diversas instituciones. Como anota Jimena Camacho, ambos se habían convertido en emblema de varias luchas en nuestro país: la vieja pero no menos vigente lucha campesina, la lucha por la protección del medio ambiente y la lucha por la defensa y el respeto de los derechos humanos". Por fin, el 8 de noviembre de 2001 el presidente Vicente Fox dispuso que ambos ecologistas fueran puestos en libertad. Pero se limitó a invocar el estado de salud de los sentenciados" y las peticiones de organismos internacionales y nacionales. Nunca fue reconocida su inocencia ni las responsabilidades penales de sus captores. Dos años y medio habían pasado en la cárcel. Los gobernantes nos dan la espalda y nos acusan de lo que ellos quieren para encerrarnos o matarnos (...) Recuerdo todo lo que hemos sufrido por querer sacar a nuestros pueblos de la miseria. Y ellos nos quisieran comprar con un cuarto de aceite, un kilo de masa y un kilo de frijol prieto. Por la necesidad, nosotros hemos visto cómo mueren los niños por diarreas, por piquetes de alacrán, por debilidad. Recuerdo una vez en que un amigo tenía un niño muy grave y le fue a pedir prestado a su patrón por necesidad, para curar a su hijo, y el patrón le negó la cantidad de trescientos pesos y murió el niño. De seguro que los políticos quieren lo mejor para sus familias, sobre todo para sus hijos; así todos queremos ver nacer y crecer a nuestros hijos. (fueron unas palabras de Montiel al salir de la cárcel) “Fox supo bien de nuestra lucha y de lo que estábamos padeciendo; fuimos liberados por cuestiones humanitarias. Eso quiere decir que el presidente reconoció que hubo tortura, pero no fue capaz de declararnos inocentes, a lo mejor por miedo a los militares o a los caciques”, relata el ambientalista. La tortura por miembros del Ejército y la falsificación de acusaciones contra Montiel y Cabrera fueron confirmadas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en la recomendación 8/2000 emitida el 14 de julio de 2000. El organismo pidió a la Secretaría de la Defensa Nacional que la Procuraduría de Justicia Militar investigara el asunto y sancionara a los responsables de los abusos, lo cual nunca ocurrió. Es un valeroso líder de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán A.C., prisionero desde mayo del año 1999, recibió a sus 44 años el Premio Ambiental otorgado por la Fundación Goldman, la cual conlleva el monto de $125 mil dólares, equivalente de más de un millón de pesos. El premio fue otorgado en forma simbólica durante una conferencia de prensa en la capital mexicana el miércoles 5 de abril del 2000. El premio Goldman, de gran reconocimiento a nivel mundial en materia ecológica, se considera el equivalente al Premio Nobel para el Ambiente. Este es el primero de siete premios que fueron otorgados este año a líderes ecologistas. Montiel declaró que utilizó la cantidad del premio para crear un fideicomiso con el objeto de adquirir equipo de riego para la región. El dia 14 de julio del año 2000: La CNDH emitó su Recomendación 8/2000, señalando que se violaron los derechos humanos de Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera por que el Ejército Mexicano los torturó, les sembró armas y enervantes, los mantuvo ilegalmente en su poder por lo menos durante dos días y medio y así mismo se violaron los derechos humanos de los habitantes de la comunidad de Pizotla, Ajuchitlán del Progreso, Guerrero, pues el Ejército cateó y allanó casas sin las órdenes correspondientes. El 4 de septiembre del 2000 Greenpeace México, publicó información sobre la deforestación en la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, destacando el grave problema ambiental en la región, bosque del cual Montiel intentó que no se deforestara, toda vez que en 8 años (1992-2000) se deforestó el 40% de los bosques. Se le confirmó a los medios que se resuelve la apelación confirmando la condena de 6 años 8 meses de cárcel para Rodolfo Montiel Flores y de 10 años de prisión para Teodoro Cabrera García. Al Igual que la sentencia emitida en primera instancia, el magistrado omite analizar y responder los argumentos hechos valer por la defensa de los ecologistas.

El Primer Tribunal Unitario de Circuito, con residencia en Chilpancingo, Guerrero, a pesar de estar perfectamente acreditada la tortura infligida en perjuicio de los ecologistas, otorga valor probatorio a las declaraciones autoinculpatorias obtenidas bajo coacción y confirma la condena en agravio de Montiel y Cabrera. El presidente Vicente Fox, anunció por razones "humanitaria", tras la muerte de Ochoa conceder un indulto a los campesinos ecologistas Rodolfo Montiel Flores y Teodoro Cabrera García, presos en Guerrero, cuya libertad ha sido exigida por organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales. El dia 8 de Noviembre del 2001fueron liberados a medio día los campesinos después de dos años y medio, de haber sido aprehendidos por militares. En conferencia de prensa aceptaron haber sido torturados por el ejército. El abogado defensor, explicó que la liberación obedeció a que los ecologistas presentan problemas de salud, derivados de los estragos de las torturas a que fueron objeto durante su detención en el poblado de Pizotla, el 2 de mayo de 1999.

References

  1. Goldman Environmental Prize: Rodolfo Montiel Flores (Retrieved on December 2, 2007)


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